Desde diciembre de 2025, Australia se convierte en el primer país en dar un paso audaz:
El acceso a redes sociales será ilegal para menores de 16 años.
Esta medida marca un antes y un después en la relación entre gobiernos y plataformas tecnológicas.
Las autoridades australianas reconocen una realidad que muchos intuíamos: los algoritmos actuales superan la fuerza de voluntad humana.
Los feeds impulsados por inteligencia artificial no solo muestran contenido, sino que aprenden qué nos retiene, qué nos altera y qué nos atrapa, refinando esa estrategia en tiempo real. Para un adolescente, desconectarse dejó de ser una decisión; se volvió una batalla desigual.
Con esta ley, la responsabilidad deja de recaer en los padres y pasa a las plataformas.
TikTok, Instagram, YouTube y Snapchat deberán demostrar que mantienen a los menores fuera de sus servicios o enfrentar multas de hasta 50 millones de dólares.
Un giro histórico que pone límites claros a sistemas diseñados para maximizar la adicción.
En nuestra opinión ,consideramos esta medida un avance necesario.F.Pou
No se trata de limitar la libertad, sino de proteger el desarrollo emocional y mental de los menores frente a tecnologías que evolucionan más rápido que nuestras normas.
La regulación no es un freno, sino un escudo frente a riesgos que la sociedad aún no sabe gestionar.
Mientras otros países observan atentos, surge una pregunta clave: ¿cómo equilibrar innovación y bienestar? Creemos que este tipo de decisiones son el primer paso hacia un futuro digital más seguro y responsable.